Estimadas familias: soy Alicia Chacón,
la orientadora del colegio, y me dirijo a vosotros en primer lugar para ponerme
a vuestra disposición ante cualquier cosa que podáis necesitar y esté en mi
mano, y también para trasladaros algunas pautas que pretenden hacer más
llevaderas las especiales circunstancias que atravesamos.
No quiero empezar sin mostrar mi solidaridad
con todos aquellos que estáis siendo afectados por el coronavirus de una u otra
forma, y también expresar mi reconocimiento y gratitud a los que trabajáis para
que los demás estemos bien.
Desde el
punto de vista emocional, en situaciones de confinamiento y estrés, los
científicos han constatado que vamos pasando una serie de fases, atravesando
una curva –con forma de U-: inicialmente estamos arriba, con el ánimo fuerte y
haciendo muchas cosas (yoga, cocina, orden…), para pasar luego a periodos de
bajón emocional, en los que tomamos conciencia de lo que está pasando –parte
baja de la curva- y vamos aceptando la realidad, siendo característico que en
esta fase aparezcan sentimientos de inseguridad, de irritación, mayor
sensibilidad y también cierta inestabilidad –con ratos buenos y ratos malos-. Sin
embargo, a medida que comprobamos que todo se empieza a reconstruir, empezamos
a mejorar, a remontar -más rápido o más lentamente, dependiendo de cada
persona-, pero si no hay una patología que lo dificulte, el ascenso se produce
antes o después. Tras las últimas noticias, esta última fase se percibe ya más
cercana, y está más próxima la fecha en que los niños puedan salir y el
confinamiento será menor…
Mientras
tanto, ¿qué podemos hacer para superar la fase de bajón emocional?:
1.
Es importante no perder de vista el objetivo del confinamiento: luchar
juntos para vencer la epidemia. Tener claro este objetivo común ayuda a mejorar
el estado de ánimo.
2.
Existe unanimidad entre los expertos en que la
mejor forma de llevar los días de confinamiento es mantener hábitos y rutinas, más flexibles y cortas que antes, pero
conviene marcarse horarios y no perder rutinas: levantarse, desayunar,
ducharse, vestirse –no estar en pijama-, alimentarse de forma variada, realizar
las tareas profesionales o del colegio, dedicar un tiempo limitado a los
audiovisuales (tablet, consolas, móvil..), hacer algo de ejercicio, dedicar
tiempos a las tareas domésticas... Conviene que estas rutinas sean diferentes
los fines de semana y puentes, para poner de manifiesto diferencias entre los
días laborables y festivos.
3.
En estas situaciones cada uno reacciona a su
manera, y hay que respetarlo. No se debe forzar a nadie a estar fuerte o a no
estar triste diciéndoselo constantemente -eso les puede hacer sentir peor por
no ser capaces…-. Lo importante es buscar
espacios y tiempos para que puedan expresar esos sentimientos con la
intimidad que requieren, y ofrecerles nuestro apoyo, nuestra escucha y nuestra
disponibilidad.
4.
No exponerse
de forma constante a las noticias… y sobre todo no exponer a los niños.
La sobre-exposición, la información negativa en todos los medios y cadenas, la
visualización de enfermedad por todas partes… pueden incidir muy negativamente
en el ánimo de todos, pero especialmente en los niños, produciéndoles miedos,
ansiedad, angustia, etc. por lo que conviene aislarles de informaciones
desagradables y en su lugar transmitirles calma, seguridad, control.
5.
La situación de confinamiento afecta mucho a
nuestra privacidad. Conviene hacer un esfuerzo por evitar la presencia de los niños en las pequeñas discusiones que
pueden surgir como producto de la convivencia, así como en las conversaciones de adultos. Todo ello
redundará en su bienestar emocional.
6.
Higiene del sueño. Es fundamental dormir un número de horas suficientes y
hacerlo de forma ordenada, pues el desorden favorece el bajón emocional, por
tanto conviene evitar quedarse hasta altas horas viendo series o películas, o levantarse
tarde a diario, etc.
7.
Organizar: hacer menús
semanales o quincenales evita caer en atracones y facilita hacer una lista de
la compra más saludable –tras los atracones también aumenta la sensación de
frustración, lo que hará que crezca el bajón emocional-. Organizar turnos de
limpieza de la casa, o tareas específicas para cada uno hace que estemos ocupados,
asumamos responsabilidades, valoremos a quien lo hace siempre y subamos
autoestima (cada uno a su nivel: poner y quitar mesa, sacar lavavajillas, pasar
aspirador, limpiar cocina…). Es importante establecer metas, retos sencillos,
tareas conjuntas y ser reforzados por todo ello convenientemente.
8.
Hacer algo de deporte: bici estática, subir escaleras, una tabla de ejercicios...
contribuye al descanso, al bienestar físico y emocional, y resulta mejor
todavía si podemos hacerlo al aire libre recibiendo los beneficios que aporta
el sol.
9.
Buscar algo que hacer, tener la mente y el
cuerpo ocupados: jardinería,
lectura, fotografía, siempre se puede aprender algo nuevo. Es importante
ponerse objetivos razonables, pero sin llenar el tiempo con cientos de
actividades.
10.
Buscar espacios y tiempos para estar solo -no hay que estar juntos todo el día, a
pesar del confinamiento-; y también buscar tiempos en los que compartir
actividades en familia: ver una peli
-con palomitas-, jugar al parchís, realizar una actividad física conjunta, hacer
un bizcocho, comer juntos sin TV a diario, etc.
ayudan a atenuar disputas y mejorar el clima familiar.
11.
Somos seres sociales y necesitamos el contacto
con los otros, los niños también. En estas circunstancias, conviene que tengan
la posibilidad de hablar y relacionarse con sus amigos, las videollamadas o chats virtuales están
resultando un medio muy efectivo para la vida social.
Para
finalizar, trasladaros que es importante que pensemos en el día a día, no en el
aislamiento a largo plazo, no en que “nos faltan quince días para poder salir”,
sino en “qué voy a hacer hoy” y “qué rápido ha pasado el día”... animándonos
entre todos, haciéndonos la vida más fácil…, así más pronto que tarde, esto nos
parecerá un mal sueño y cuando nos queramos dar cuenta estaremos otra vez
acompañando a los niños al cole.
Un cordial saludo.
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