jueves, 23 de abril de 2020

ASESORAMIENTO PADRES (DTO. ORIENTACIÓN)


Estimadas familias: soy Alicia Chacón, la orientadora del colegio, y me dirijo a vosotros en primer lugar para ponerme a vuestra disposición ante cualquier cosa que podáis necesitar y esté en mi mano, y también para trasladaros algunas pautas que pretenden hacer más llevaderas las especiales circunstancias que atravesamos.
No quiero empezar sin mostrar mi solidaridad con todos aquellos que estáis siendo afectados por el coronavirus de una u otra forma, y también expresar mi reconocimiento y gratitud a los que trabajáis para que los demás estemos bien.

Desde el punto de vista emocional, en situaciones de confinamiento y estrés, los científicos han constatado que vamos pasando una serie de fases, atravesando una curva –con forma de U-: inicialmente estamos arriba, con el ánimo fuerte y haciendo muchas cosas (yoga, cocina, orden…), para pasar luego a periodos de bajón emocional, en los que tomamos conciencia de lo que está pasando –parte baja de la curva- y vamos aceptando la realidad, siendo característico que en esta fase aparezcan sentimientos de inseguridad, de irritación, mayor sensibilidad y también cierta inestabilidad –con ratos buenos y ratos malos-. Sin embargo, a medida que comprobamos que todo se empieza a reconstruir, empezamos a mejorar, a remontar -más rápido o más lentamente, dependiendo de cada persona-, pero si no hay una patología que lo dificulte, el ascenso se produce antes o después. Tras las últimas noticias, esta última fase se percibe ya más cercana, y está más próxima la fecha en que los niños puedan salir y el confinamiento será menor…
Mientras tanto, ¿qué podemos hacer para superar la fase de bajón emocional?:
1.       Es importante no perder de vista el objetivo del confinamiento: luchar juntos para vencer la epidemia. Tener claro este objetivo común ayuda a mejorar el estado de ánimo.

2.       Existe unanimidad entre los expertos en que la mejor forma de llevar los días de confinamiento es mantener hábitos y rutinas, más flexibles y cortas que antes, pero conviene marcarse horarios y no perder rutinas: levantarse, desayunar, ducharse, vestirse –no estar en pijama-, alimentarse de forma variada, realizar las tareas profesionales o del colegio, dedicar un tiempo limitado a los audiovisuales (tablet, consolas, móvil..), hacer algo de ejercicio, dedicar tiempos a las tareas domésticas... Conviene que estas rutinas sean diferentes los fines de semana y puentes, para poner de manifiesto diferencias entre los días laborables y festivos.

3.       En estas situaciones cada uno reacciona a su manera, y hay que respetarlo. No se debe forzar a nadie a estar fuerte o a no estar triste diciéndoselo constantemente -eso les puede hacer sentir peor por no ser capaces…-. Lo importante es buscar espacios y tiempos para que puedan expresar esos sentimientos con la intimidad que requieren, y ofrecerles nuestro apoyo, nuestra escucha y nuestra disponibilidad.

4.       No exponerse de forma constante a las noticias… y sobre todo no exponer a los niños. La sobre-exposición, la información negativa en todos los medios y cadenas, la visualización de enfermedad por todas partes… pueden incidir muy negativamente en el ánimo de todos, pero especialmente en los niños, produciéndoles miedos, ansiedad, angustia, etc. por lo que conviene aislarles de informaciones desagradables y en su lugar transmitirles calma, seguridad, control.

5.       La situación de confinamiento afecta mucho a nuestra privacidad. Conviene hacer un esfuerzo por evitar la presencia de los niños en las pequeñas discusiones que pueden surgir como producto de la convivencia, así como en las conversaciones de adultos. Todo ello redundará en su bienestar emocional.

6.       Higiene del sueño. Es fundamental dormir un número de horas suficientes y hacerlo de forma ordenada, pues el desorden favorece el bajón emocional, por tanto conviene evitar quedarse hasta altas horas viendo series o películas, o levantarse tarde a diario, etc.

7.       Organizar: hacer menús semanales o quincenales evita caer en atracones y facilita hacer una lista de la compra más saludable –tras los atracones también aumenta la sensación de frustración, lo que hará que crezca el bajón emocional-. Organizar turnos de limpieza de la casa, o tareas específicas para cada uno hace que estemos ocupados, asumamos responsabilidades, valoremos a quien lo hace siempre y subamos autoestima (cada uno a su nivel: poner y quitar mesa, sacar lavavajillas, pasar aspirador, limpiar cocina…). Es importante establecer metas, retos sencillos, tareas conjuntas y ser reforzados por todo ello convenientemente.

8.       Hacer algo de deporte: bici estática, subir escaleras, una tabla de ejercicios... contribuye al descanso, al bienestar físico y emocional, y resulta mejor todavía si podemos hacerlo al aire libre recibiendo los beneficios que aporta el sol.

9.       Buscar algo que hacer, tener la mente y el cuerpo ocupados: jardinería, lectura, fotografía, siempre se puede aprender algo nuevo. Es importante ponerse objetivos razonables, pero sin llenar el tiempo con cientos de actividades.

10.   Buscar espacios y tiempos para estar solo -no hay que estar juntos todo el día, a pesar del confinamiento-; y también buscar tiempos en los que compartir actividades en familia: ver una peli -con palomitas-, jugar al parchís, realizar una actividad física conjunta, hacer un bizcocho, comer juntos sin TV a diario, etc.  ayudan a atenuar disputas y mejorar el clima familiar.

11.   Somos seres sociales y necesitamos el contacto con los otros, los niños también. En estas circunstancias, conviene que tengan la posibilidad de hablar y relacionarse con sus amigos, las videollamadas o chats virtuales están resultando un medio muy efectivo para la vida social.
Para finalizar, trasladaros que es importante que pensemos en el día a día, no en el aislamiento a largo plazo, no en que “nos faltan quince días para poder salir”, sino en “qué voy a hacer hoy” y “qué rápido ha pasado el día”... animándonos entre todos, haciéndonos la vida más fácil…, así más pronto que tarde, esto nos parecerá un mal sueño y cuando nos queramos dar cuenta estaremos otra vez acompañando a los niños al cole.
Un cordial saludo.


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